Saturday, April 05, 2008

Nora Lustig: ¿Le dará pulmonía a AL?


Por segunda ocasión, nos honramos con la presencia de la reconocida economista Nora Lustig como guest blogger de este espacio (aquí un link a su primera colaboración).

En esta ocasión, Nora Lustig, Profesora visitante de la George Washington University, escribió un interesante artículo sobre los posibles efectos de la crisis norteamericana sobre las economías de América Latina.

¿Le dará pulmonía a América Latina?

Nora Lustig *

31 de marzo, 2008

Dice el dicho que cuando Estados Unidos se resfría al resto del mundo le da pulmonía. La situación actual podría ser aún más ominosa porque el que parece tener pulmonía es el vecino del norte. Sin embargo, a diferencia de otros tiempos en que nuestros países se caracterizaban por tener una gran vulnerabilidad ante situaciones externas adversas, la buena noticia es que hoy la región está mejor preparada para los embates de la economía globalizada. Esto es gracias a que la mayoría de los países presentan tasas de inflación relativamente bajas, déficits fiscales bajo aparente control, políticas cambiarias flexibles, sistemas financieros más sólidos y altas reservas internacionales. Están mejor preparados, pero no son inmunes.

Por ahora, América Latina parece haberse salvado del efecto “vaca loca” (como no se sabe cuáles instituciones financieras tienen los activos contaminados, nadie está dispuesto a prestar a sus pares) de los préstamos hipotecarios de baja calidad (los llamados “subprime” en inglés). Tal vez gracias a los esquemas regulatorios--o por mera suerte--, el sistema financiero latinoamericano no comprometió su liquidez o solvencia invirtiendo en los instrumentos que están en la raíz del problema en las economías avanzadas (por lo menos eso es lo que dicen los expertos y los indicadores de riesgo hasta ahora parecen darles la razón). Esta es la segunda buena noticia. Pero aquí se acaban las buenas noticias porque el resto de los efectos pronto se dejarán sentir sobre los niveles de vida de los latinoamericanos, en mayor o menor medida, dependiendo del país y de la evolución de la economía mundial.

Hay tres mecanismos importantes a través de los cuales se transmitirán los efectos de la desaceleración (o recesión) de la economía norteamericana sobre América Latina: una caída de las remesas ocasionada por pérdida de empleo y/o caída de los salarios de los trabajadores inmigrantes; una disminución de las exportaciones a los EEUU generada por la baja en el consumo e inversión de ese país; y una reducción de los precios internacionales de las llamadas “commodities” (petróleo, minerales, granos, etc.) causada por el efecto que una desaceleración de la economía estadounidense tenga sobre las otras economías dominantes en el mercado mundial (por ejemplo, la China).

Las remesas hacia América Latina, mismas que subieron 6 veces en los últimos 15 años para llegar a alrededor de 60,000 millones de dólares, ya empezaron a descender. Para algunos países de Centro América y el Caribe, donde las remesas significan entre 10 y 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), esto puede llegar a tener efectos macroeconómicos (o sea, afectar la tasa de crecimiento a nivel del país). Los más vulnerables a una caída de las remesas incluyen a varios de los países más pobres de la región: Honduras, Guyana, Haití, Jamaica, El Salvador, Nicaragua, Guatemala y República Dominicana. Según el Banco Mundial, el impacto en promedio puede ser de una caída del PIB de 0.12 por ciento. En México, las remesas representan entre 3 y 4 por ciento del PIB y por ello no es esperable que afecten el crecimiento de la economía en su conjunto pero sin duda ocasionarán una caída importante en los niveles de vida de las localidades y hogares que dependen del flujo de remesas y con ello aumentará la incidencia de la pobreza. Este efecto puede ser importante ya que las remesas hacia México crecieron a un ritmo de alrededor del 20 por ciento en promedio en 2006 y los datos a partir de mediados del 2007 muestran una desaceleración e incluso una caída de las remesas para un par de trimestres. Esto no debe sorprender ya que uno de los sectores más afectados por la crisis de crédito hipotecario y la sobreoferta de inmuebles es la construcción, sector donde trabajan muchos inmigrantes.

Por otra parte, según diversas estimaciones, el efecto combinado de la caída de las exportaciones hacia EEUU, hacia el resto del mundo y en los precios de los minerales y productos agrícolas, puede resultar en una caída promedio del PIB latinoamericano de -0.4 por ciento (pronósticos optimistas) hasta -1.5 por ciento (pronósticos pesimistas) dependiendo de lo prolongado de la desaceleración norteamericana y su efecto sobre otras economías como la China. Las economías de México, Centroamérica y el Caribe son las que potencialmente se verán más afectadas por su mayor interdependencia con la economía de los EEUU. Según algunos análisis, por cada punto porcentual que cae la economía norteamericana, el PIB de México podría disminuir en 1.6 por ciento, por ejemplo. En contraste, países con mercados más diversificados como Chile se verán menos afectados. Argentina y Brasil, bajo los escenarios actuales, se verán afectados de forma moderada.

En suma, es esperable una disminución de la actividad económica pero no una crisis. La pregunta que cabe hacerse es si, dado que los países tienen condiciones macroeconómicas mucho más robustas que en el pasado, ¿podrán poner en marcha una política fiscal y monetaria contra-cíclica (es decir, expandir el gasto público y bajar la tasa de interés) para suavizar el impacto de la desaceleración del crecimiento económico externo? Lo ideal sería que sí. No obstante, si bien las condiciones son incomparablemente mejores a lo que fueron en décadas pasadas, la fragilidad macroeconómica persiste: en varios países la inflación si bien baja ha estado en aumento y los ingresos fiscales dependen en proporción importante de los precios internacionales de ciertos productos sujetos a gran volatilidad. Esto significa que las limitaciones para “acolchonar” el impacto sobre las economías son considerables. Ante esta situación, urgen mecanismos de política contra-cíclica para los hogares más vulnerables y pobres (programas de empleo temporal, transferencias en efectivo y en especie, protección del gasto público en educación y salud para los hogares pobres, etc.). Esperemos que la región no vuelva a cometer el error recurrente de no tener esos mecanismos o de no incluir los recursos necesarios en el presupuesto.


* J. B. and Maurice C. Shapiro Visiting Professor of International Affairs (Profesora Visitante de Asuntos Internacionales), George Washington University.

3 comments:

Anonymous said...

Hola:

mmm, creo que la Dra. se equivoca; la crisis, desde mi punto de vista, es más fuerte de lo que parece, aunque como dice Mankiw, todavía no se ha visto un período de deflación si es que queremos compararla con alguna crisis de los 30's, y hay más mecanismos "importantes" que afectarán a las economías latinoamericanas; por ejemplo, la desaceleración de inversión gringa y de otras partes del mundo para México (latinoamérica).

En México, la producción nacional sufrirá mucho, el consumo interno (el de la clase media) se verá desalentado, así como la inversión privada nacional y extranjera, mayor desempleo, por lo que los más pobres lo resentirán más.

Creo que el análisis de los commodities no es correcto y esto va a depender de las medidas que tomen en su conjunto los países productores de commodities, ya que si los commodities (materias primas) bajan sus precios, ésto provocará que los productos intensivos en capital (manufacturas de Estados Unidos y otros países desarrollados) se encarezcan, teniendo como resultado global que los países industrializados cuenten con mayor bienestar y los intensivos en mano de obra pierdan bienestar.

Yo creo todo lo contrario, si los países ricos en mano de obra se ponen de acuerdo, los commodities subirán de precio y
los productos intensivos en capital se abaratarán.

¿Qué hacer los países latinoamericanos? Ahí sí, me convence la Dra. Lustig, una política contracíclica, mayor liquidez en el mercado interno y mayor gasto público. Lo importante es analizar si aún estamos a tiempo de hacer estos cambios contracíclicos o ¿los vamos a empezar cuando representen procesos procíclicos?

Sin embargo, para el caso específico de México, los objetivos inflacionarios de BANXICO pueden provocar que no se de esa política totalmente contracíclica. Esto puede ser una medida aversa al riesgo, y quizá fundamentada en la tan famosa autonomía del Banco Central y en el herd behavior al compararse con otros bancos centrales. Al final de todo, el descrédito del Banco Central sería menor si falla siguiendo el comportamiento de manada, que siendo un outlayer.

Es importante señalar que, en esta época del ciclo, el aumentar el gasto público puede provocar la generación de áreas en que se obtenga una ventaja de diferenciación en "x" o "y" producto, será importante definir en que "x" o "y" producto queremos hacernos fuertes. En este sentido, la historia nos señala que las épocas de crisis son excelentes momentos para realizar los ajustes y tomar ventajas en los mercados.

Saludos.

Anonymous said...

Dr Gerardo, creo que no se ha dao el reconocimiento debido a los funcionarios de Banco de México y Hacienda de los últimos años, porque gracias a ellos la economía mexicana está fuertemente blindada ante las crisis externas. En otras épocas ya hubiera graves consecuencias ante lo que ha sucedido en los meses recientes. Yo creo que así como se tienen posturas criticas, también es bueno manifestar la admiración por los buenos economistas que han sabido proteger a la economía mexicana contra dicha crisis.
Abelino T. M.

Anonymous said...

hay Abelino, fuertemente blindada no es un adjetivo que yo usaria y pues aunque el desempenio de esos funcionarios no ha sido del todo malo, hubiera podido haber sido mejor como en la recesion del 2002, si el banco de mexico hubiera actuado con una politica contra-ciclica, hubieramos salido mas pronto de la recesion. Ademas aun falta mucho camino por recorrer.

Por cierto que mal que casi todos los comentarios se enfoquen a los articulos que son de todo menos de economia.