El día de hoy el INEGI dio a conocer
el comportamiento oficial del PIB de México durante el primer trimestre de 2009 (es decir, este dato no incluye ningún efecto negativo asociado a la epidemia de influenza).
El dato de hoy difícilmente pudo haber sido peor: comparado con el mismo trimestre del año previo, la caída de la producción nacional fue de -8.2%. Este dato, sin embargo, como se señala en una nota a pie de página, subestima la caída debido al efecto calendario de Semana Santa. Si no hubiera sido por este efecto, es probable que la caída hubiera sido superior al 10%, convirtiéndose así en la peor caída en los últimos 30 años (véase gráfica) . Por supuesto, este efecto se revertirá en el siguiente trimestre, el cual ya podemos anticipar que registrará una caída cercana al 13% en su comparación anual.
[Nota: Pueden ampliar las imágenes haciendo clic sobre ellas]

En términos desestacionalizados, la caída del PIB en el primer trimestre de 2009 con respecto al 4o. trimestre de 2008 fue de -5.9%, una caída superior a lo estimado y que, sin duda, afectará a la baja todas las estimaciones de crecimiento anual en cerca de 1 punto porcentual (incluso
Carstens ya ajustó su pronóstico para 2009 a -5.5%) Por cierto que la caída observada en este trimestre implica una contracción anualizada superior al 21% (!!!).
Nótese que tanto la caída anual como la trimestral fueron
ligeramente superiores a mi estimación de hace un mes sobre este indicador (las cuales eran de -8 y -5%, respectivamente).
El siguiente gráfico muestra el comportamiento del PIB desestacionalizado a partir de 1980 (he empalmado de manera simple las dos series más recientes del PIB nacional, lo cual no es 100% correcto pero que nos da una buena idea de la tendencia de largo plazo):

El gráfico muestra algunos resultados interesantes: primero, se muestra que la recesión en México en realidad empezó a principios de 2008 y que ya llevamos 3 trimestres consecutivos con caídas en la actividad económica; segundo, que la caída acumulada en estos 3 trimestres ya es cercana al 9% por lo que muy probablemente el dato del siguiente trimestre confirmará que la economía mexicana se encuentra en una situación de depresión económica (definida de acuerdo
al criterio de Barro-Ursua (2008) por una caída acumulada de 10 puntos porcentuales en el nivel de actividad económica); finalmente, el gráfico muestra que, como ya se había mencionado antes, la caída actual ya es tan profunda como la de 1995 con la diferencia de que en esta ocasión la recuperación no será tan rápida debido a la compleja situación económica internacional.
A todo lo anterior habrá que agregarle además los costos económicos de la emergencia sanitaria. Por eso me pregunto: ¿Habrá todavía quién confíe en los pronósticos oficiales?