Tuesday, October 13, 2009

Más sobre la CLyFC: La Reforma Cautiva

Creo que nadie que esté realmente interesado en el tema del sector eléctrico en general, y en el de la extinción de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro en particular, debería dejar de leer el excelente libro de César Hernández Ochoa titulado "La Reforma Cautiva", publicado por el CIDAC en el 2007.

En dicho libro, César Hernández explica con lujo de detalle y con gran capacidad analítica la situación de todo el sector eléctrico y de los problemas que afectan tanto a su desarrollo como a sus posibilidades de reforma. César también explica los incentivos a los que se enfrentan los diversos participantes en el sector, los temas jurídicos en torno a éste y le entra de frente al debate sobre el papel de la empresa pública en el sector. Su conclusión es que se trata de un tema sumamente complejo (para nada reducido a la visión simplista que se concentra en el sindicato y sus privilegios como la causa de todos los problemas de la CLyFC) y que requiere de una gran reforma integral del sector para poder abatir las ineficiencias y poder traducirlo en mejorías para los consumidores.

La síntesis de todos los problemas que César Hernández enumera y analiza con detalle a lo largo de todo el libro se muestran en el siguiente diagrama:

[Nota: Puede ampliar la imagen haciendo clic sobre ella]

Allí, como puede verse, se menciona toda una gama de factores que explican la ineficiencia y los altos costos de la electricidad en México, entre los cuales se encuentran el alto costo de los combustibles, los elevados costos y obstáculos laborales, el régimen corporativo burocratizado y la inseguridad y subdesarrollo del mercado.

Ahora bien, ¿qué propone César para enfrentar esta situación? En el capítulo 12 del libro César plantea 15 propuestas específicas que incluyen el mejoramiento de la eficiencia en Pemex, la diversificación del suministro energético, la modernización de la infraestructura, la fiscalización de las pérdidas de energía, la eliminación de la rigidez laboral mediante la subcontratación y reorganización, el replanteamiento de las pensiones laborales, el uso de criterios empresariales para compensar el desempeño, un rediseño de las tarifas que incentiven la eficiencia y beneficien al consumidor, la normalización fiscal, mejores prácticas empresariales, nuevas líneas de negocios, un esquema de subsidios que garantice el servicio universal eléctrico, un regulador fuerte, independiente y procompetitivo, la defensa jurídica y política de la apertura existente, la reestrcuturación y ampliación del mercado eléctrico.

Sobre estas propuestas, César Hernández dice lo siguiente:
"Ninguna de las quince medidas propuestas resolvería por sí sola el problema de los altos costos que enfrenta nuestro sistema eléctrico. No podría resolverse de una manera fácil, pues el problema no es resultado de un solo factor, sino la consecuencia lógica de la acumulación de múltiples ineficiencias y disfuncionalidades."
Sus propuestas parten de una premisa básica:
"A las empresas públicas habría que tratar de mejorarlas aunque solo sea porque vamos a seguir teniéndolas ahí. Al mercado eléctrico también habría que tratar de mejorarlo porque también está aquí para quedarse".
De ahí, y una vez hechas sus 15 propuestas, y sólo al final de ellas, el autor hace una reflexión sobre la posibilidad de liquidar a la CLyFC (subrayado propio):
"... la subsistencia de una empresa pública -LFC- no debe considerarse garantizada. Como lo hemos ilustrado ampliamente, varios de los problemas centrales de LFC están relacionados directamente con el SME, un sindicato que carece de incentivos reales a ceder para que LFC se vuelva más eficiente. El problema se complica porque, después de varios lustros de ceder como política en sus negociaciones con el SME, la única manera de que el gobierno recupere capacidad de reforma en LFC es que la amenaza de una solución unilateral sea creíble".

"Ante todo, la liquidación del LFC sería una medida legítima y políticamente viable. (...) Difícilmente se encontrará una empresa pública que encaje mejor en estos supuestos que LFC y difícilmente habrá un caso más defendible ante la opinión pública. En última instancia, ni el gobierno ni la sociedad puede ser tratados como rehenes del SME. No obstante, el uso de opciones unilaterales -pero legítimas-, como la liquidación y la terminación colectiva de las relaciones de trabajo, no debería hacer pensar que otras opciones radicales y al margen de la norma son tolerables; tampoco que tienen posibilidades de ser exitosas en una sociedad democrática."

Mi lectura de todo esto es que el autor considera viable no solo una reforma al sector eléctrico, sino también la existencia de empresas públicas en el sector. El autor plantea la posibilidad de liquidar a LFC, sólo en caso de que la reforma no sea viable y sólo bajo ciertas condiciones.

Es posible que la decisión de liquidar a la empresa haya sido la correcta desde un punto de vista estrictamente financiero, sin embargo, queda la duda de si no pudo haberse hecho un último intento por hacer una reforma integral, de común acuerdo con el sindicato y, sobre todo, en el marco de la renovación del contrato colectivo de trabajo en donde pudieron haberse buscado las nuevas condiciones laborales y de jubilación que menciona el autor. Es posible que, de haberse hecho en ese contexto, la aceptación pública de la liquidación de la compañía hubiera sido aun mayor. Haberlo hecho de manera unilateral, a la mitad de un conflicto sindical y en medio de un contexto económico y político tan difícil, seguramente solo complicará las cosas y elevará los costos (tanto políticos como económicos) de esta medida.

Por supuesto, los fanáticos de la mano dura, los enemigos de la empresa pública, así como todos aquellos que prefieren una versión simplificada de las cosas, siempre preferirán creer la versión oficial que reduce todo el problema de la CLyFC a una cuestión de una casta dorada de la burocracia y a los excesos y privilegios sindicales. Para todos aquellos que piensen de manera diferente, o que al menos estén dispuestos a cuestionar esas versiones tan maniqueas de la realidad, quizá estén dispuestos a adentrarse en las más de 500 páginas del estupendo libro de César Hernández Ochoa. No se arrepentirán. Se los recomiendo ampliamente.

17 comments:

Anonymous said...

Cuando hablas de los fanaticos que quieren resolver las cosas cortando los privilegios de una "casta dorada de burocratas", me hiciste acordarme de Lopez Obrador. El quería resolver los problemas sociales y de la pobreza reduciendo los salarios de los funcionarios públicos.

Los demagogos son los mismos sean del PRD que del PAN o PRI.

Anonymous said...

En el 2008 se firmó un Convenio de Productividad entre el SME y LyFC que incluía la disminución paulatina de plazas y metas de productividad, especialmente respecto a la cobranza. Es decir, tenemos indicios de que el sindicato había cedido en algunos puntos. Así que estamos ante un simple y sencillo acto autoritario. Y el gobierno debió haber planteado sus exigencias en el marco de la negociación del contrato colectivo de trabajo, eso es lo que marca la legislación vigente y las costumbres en cualquier sociedad democrática. Una cierta propuestas, una discusión y una decisión. Pero no vivimos en una deliberación democrática. A final de cuentas, a nadie le importa, a los economistas menos.

Anonymous said...

Estoy de acuerdo en cuanto a lo complejo del problema de la electricidad. El problema de costos no se reduce a los provilegios del sindicato aunque contribuyen bastante. La ineficiencia esta desde el costo de los combustibles, el mix de tecnologías, el manejo del sistema, etc.

Con tanta incompetencia del gobierno, no se porque te enojas de que haya "enemigos de la empresa pública".

Me parece que deberiamos implementar el arreglo que sea más eficiente sin importar si es público o privado. ¿acaso el hecho de que sea empresa pública por si solo causa bienestar a alguien? ¿A mi que me importa si es pública o privada? si lo que quiero es electricidad barata y confiable.

A los trabajadores les conviene que siga pública por supuesto. Pueden tener altos salarios, flojonear en el trabajo y jubilarse a los 47 años.

Una salida negociada sería factible, pero el gobierno tendria que compensarlos por todo lo que pierden o amenzarlos para que acepten menos. Esto por su puesto suponiendo que el SME no logra maniobrar para posponer todo ad infinitum.

Ahora, pides al gobierno que se enfrasque en una tarea de reestructuración que sería muy dificil para una empresa privada y, además, que lo haga con la aprobación del sindicato.

Me parece que tienes demasiada fe en las capacidades del estado.

En mi punto de vista, una solución rapida sería privatizar la empresa y someterla a regulación de "price cap" con monitoreo de la calidad, etc. Permitir la autogeneración, el comercio independiente entre empresas, liberalizar el mercado de mayoreo, etc. Esto no esta exento de problemas, por supuesto, pero, para las capacidades del estado mexicano, no creo que le alcance para mucho mas que para ser regulador.

Por otra parte, cuando dices que los que no estan de acuerdo contigo son fanaticos, dogmaticos, maniqueos o simplistas estas cometiendo un exceso. Mucho lo son y el gobierno lo ha planteado así porque es politicamente conveniente. ¡Welcome to reality!

Sin embargo, no se puede negar que el sindicato tiene mucho que ver con los costos y la mala calidad del servicio. La conveniencia de manterla como una entidad pública no es una obviedad para los que no tenemos ningun cariño en particular por uno u otra forma de propiedad.

Anonymous said...

Hola, Gerardo.

Fíjate que en un reportaje de El Economista del 8 de octubre, César Hernández planteba tres escenarios:

"El primero, el más realista, es que Luz y Fuerza del Centro continúe con el sindicato con un mejor convenio de productividad.

"Segundo, el más viable, es terminar las relaciones laborales y crear otro organismo con un nuevo Contrato Colectivo de Trabajo.

"El tercero, el ideal, es fusionar a LFC con Comisión Federal de Electricidad (CFE) que es un organismo que opera eficientemente con un Contrato Colectivo menos rígido."

No me queda clara la definción de "viable" de Hernández, pero da la impresión que él no veía del todo mal la "solución" del Gobierno.

Saludos.

Anonymous said...

Hace un rato comenté en el blog de
Lynne Kiesling sobre el problema de la difunta LyFC. Es una situación que me paso realmente. Lo pongo aqui nuevamente.

1.About two years ago, I moved to a well-to-do neighborhood in México City, one of the areas served by Luz y Fuerza. My experience with the company during this time has been quite awful, but sometimes the kafkian aspects of it make me smile. Here are some of the things that have happened to me:

The voltage has been around 105-110 since I am here (this been the situation since long before I arrived).

The Washing Machine, microwave oven, and laptop computer wouldn´t work without a regulator. So I bought several of different sizes. It is funny that so many of my rich neighbors are beeing forced into consuming low quality electricity.

The 100-watt lightbulb were as brilliant as a 60-watt lightbulb. The light was kind of yellow, uncomfortable to read in and depressing. I solved this problem by swithching to fluorescent bulbs, which seem to have some kind of regulator inside which compensates for the voltage problem.

Excluding weather related outages, we have had around three outages per week in average. Most of them of less than five minutes, some over an hour, including a couple of them that lasted more than 24 hours during a completely calmed day.

On the billig side, the company has been completely incompetent.

For one year after I sign the contract the company didn´t bill me or did any attempt to collect the money. When I called, the employees were clueless and didn´t have a database to check in, besides being quite rude.

I lost interest in trying to make them charge me. A year later, out of nothing an order to shut down the service was issued somehow. The employee show up at my place informing of what he was going to do. Obviously, he wanted to “make thing easy for me” if I gave him some money. So he took away the gauge and conected the house directly, He told me that I was no longer a costumer, but I should go to sign a new contract in order to regularize my situation.

Two months later, I went to sign a new contract. Nothing of the previous situation or money I owed came out. They didn´t even knew that I was a costumer before and owed money. The around $2,000 us dollars I owed have been forgotten. There has been no attempt to collect them.

The two months I was connected illegaly when on uneventfully.

Anonymous said...

Este sindicato, a diferencia de otros, nunca hubiera aceptado renegociar su contrato colectivo de trabajo. Debemos recordar lo que ocurrio con el SNTE y el sindicato del IMSS, que a pesar de que sus lideres estuvieron de acuerdo en reformar ciertos aspectos del contracto colectivo, los trabajadores se opusieron, hicieron marchas, etc. ¿Porque? Porque cuando una persona se acostumbra a ciertos beneficios o recibir dinero sin trabajar lo que se debe, esa persona dificilmente renunciara a su estilo de vida. Esa es una cuestion de sociologia.Yo no creo que los electricistas hubieran aceptado un cambio en su contrato, y sabiendo eso, de haberlo hecho ahora, o gastar en sus beneficios durante los siguientes 6 meses para que al llegar marzo de cualquier forma dijeran que no estaban de acuerdo, mejor hacerlo ahora.

Anonymous said...

Ya hace mucho que las siglas no son CLyFC... es LFC, pues desde 1994 cuando se terminó de incorporar LyFC S.A al Estado se transformó en LFC.

Anonymous said...

que también CARLOS SLIM regrese TELMEX

...

Anonymous said...

Gerardo,

Creo que eres muy ingenuo con respecto a la disposición del sindicato a aceptar cambios que permitieran a LyFC ser más productiva y reducir las pérdidas de energía. Eso lleva años intentándose hacer y no es casual que no haya ocurrido hasta ahora. En las condiciones en que operaba, el sindicato no tenía ningún incentivo a aceptar dichos cambios.

Les recomiendo que le echen ojo al artículo de hoy de José Antonio Crespo. Dudo que alguien pueda acusarlo de Calderonista. Además de cuestionarse sobre la factibilidad de un acuerdo con el sindicato para mejorar la productividad de LyFC, nos recuerda que, en 1988, el SME apoyó a Carlos Salinas en el conflicto postelectoral. Un recordatorio para aquellos que nos quieren hacer creer que el SME es un ejemplo de autonomía sindical.

Gerardo Esquivel said...

Anónimo de las 7:40 AM:

Coincido en lo fundamental con todo lo que dice Crespo en su artículo. En cuanto a lo que tu señalas, esto es lo que dice Crespo:

"Se dice que debió buscarse un saneamiento de la empresa junto con el sindicato, no por encima de él. Hubiera sido lo más razonable, sin duda. Pero, ¿hubiera aceptado el sindicato, por ejemplo, recortar las miles de plazas que exceden las necesidades de operación, o renunciar a varias de las prebendas contenidas en su contrato colectivo, sin lo cual difícilmente se hubiera podido sanear la empresa?"

Ese es el punto: "hubiera sido lo más razonable", pero justo eso es lo que no se hizo.

Sobre si hubiera aceptado el sindicato o no, quizá todo depende de que tan creíble fuese la amenaza de disolución de la empresa (este es el punto que menciona César en el libro). Supongo que todos estaremos de acuerdo en que era más probable que aceptara eso que aceptar lo que finalmente está ocurriendo. Esa amenaza, sin embargo, creo que tenía que haberse dado en el contexto de una negociación del contrato colectivo.

Saludos!

Anonymous said...

No lo creo Dr. Esquivel. Los acuerdos anteriores sobre productividad y plazas fueron violados por el SME. No hay credibilidad que LFC iba a cambiar. Acaso ha cambiado el trato al cliente? Por lo que el negociar estas cuestiones con el SME se reduce a buenas intenciones o bien whishful thinking, pero nada más. El Gobierno hizo bien en cerrar LFC, de eso no cabe duda, y ahora lo que tenemos que verificar es que verdaderamente no se desperdicien recursos.

Unknown said...

Me parce que el gobierno federal no quiso irse por el camino difícil de la negociación consensuada con el sindicato y decidió utilizar la solución unilateral puesto que tenía dos incentivos muy fuertes para esto: deshacerse de un enemigo político (SME) que apoya a su contrincante (AMLO) y lograr liberar recursos para tapar el “boquete fiscal”. De esta manera gana doblemente, le quita recursos a sus contrincantes políticos, mientras mantiene sus privilegios al mantener a su aparto político (PAN) viviendo del erario público.

Obviamente los problemas energéticos de México son muy complejos y requieren de una solución mayor que la de sólo liquidar a una empresa pública o privatizarla.

Anonymous said...

Sería interesante iniciar una política de seguro de desempleo con los electricistas LyFC.

R.A.

Anonymous said...

La pregunta de los 64,000 millones no solo es si era mejor que el gobierno lo hiciera dentro de la negociación del contrato colectivo, sino si estaba obligado a hacerlo de esa manera. No se trata de que es mejor o si el sindicato estaba o no dispuesto a negociar, se trata de El Estado de Derecho del que FCH pretendía ser representante.

Anonymous said...

Gerardo ya se de donde el autor del libro que tu recomiendasa ampliamente saca los datos para comparar los sueldos de un cajero en LyFC con el "mercado", tal como aparece en las diapositivas del CIDAC. He de decir que no he leido el libro, no me alcanza. Pero aquí esta nota de La Crónica.

http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=463755

En uno de sus párrafos, la nota atribuye al autor el siguiente comentario:

"Por ejemplo, un cajero de LyFC ganaba más de seis mil pesos al mes, cuando el salario mínimo profesional de una persona que realiza esta actividad, en cualquier otra empresa pública o privada, es de alrededor de dos mil pesos"

De modo que realizar comparaciones con el salario mínimo le parece al autor del libro que recomiendas adecuado. Creo que a todos nos resulta obvio que un cajero en el sector publico o privado puede ganar unos 6,000 pesos sin que se considere un privilegio. Por qué habríamos de creer en la metodología que este autor utilizó para analizar otros datos? Cuentanos tu que ya leiste el libro y te pareció encantador.

Gerardo Esquivel said...

Anonimo de las 11:13

El hecho de que el libro me parezca recomendable, no quiere decir que coincida con todos y cada uno de los puntos que ahí se señalan. Por ejemplo, no coincido con la comparación que apropiadamente citas. Tampoco coincido con la comparación de productividad que se hace en el libro y que muchos otros han reproducido. Coincido, sin embargo, en el enfoque fundamental del libro, el cual se aleja de la versión simplista que muchos otros propalan.

Saludos!

GE

Eduardo said...

Estoy por leer todos los comentarios y releer tu post, el cual se me hace de gran calidad, sin embargo para que no se me vaya la idea, quiero exponer lo siguiente:

He visto, hasta donde pude entender, que el escrito no lo redacto un economista, por lo cual yo como estudiante de la maestria, quisera expresar mi postura referente a este caso.

La competencia es algo importantisimo en la economia de cualquier sociedad, al grado que incluso la seleccion natural de Darwin, netamente economica, nos dice que es dicha competencia lo que nos permite ser mejores al destacar las principales diferencias entre los competidores, lo cual genera una reaccion progresista.

Por ello me gustaria que el sector se "abriera"(No privatizar, sino abrir) paulatinamente a la inversion privada, reformando las clausulas correspondientes del articulo 27 constitucional, para que la CFE tuviera competencia, y de paso se incrementara la inversion en nuestro pais, generando empleos, innovacion, etc.

El punto seria crear una especie de sistema denominado Baby Bells, que han funcionado muy bien en diferentes paises, en especial aquellos como USA, lo cual serviria para mejorar el sistema administrativo, crear competencia, mejorar la infraestructura e innovacion, crear opciones reales, creando empleos e inversion privada para generar un incremento multiplicatiivo en el PIB de Mexico.

Siendo realistas, mexico esta catalogado como uno de los paises rezagados en cuanto a innovacion electrica dentro de la OCDE, ya que el sector se ha quedado a la zaga, cuando la CFE ha sido la unica compañia que ha luchado de sobremanera para imponerse e invertir fondos que son insuficientes para la reforma electrica que el pais requiere.

Por otro lado, abriendo el sector, podriamos recaudar mas impuestos e incrementar la productividad nacional e incluso abatir el consumo de combustibles y mejorar asi la calidad del aire.

Por otro lado, permitiria el acceso generalizado a la gente que carece, por costos, del mismo, ya que al incrementar la inversion privada en el sector, la CFE se podria advocar a la inversion dentro de los sectores que prioridad nacional, no ha podido llegar.

Ademas, en una primera etapa se otorgarian recursos en forma de credito a la CFE, provenientes del erario publico federal y de los impuestos recabados de las empresas energeticas para fortalecerlo, para lograr que invierta en mejorar su cobertura e infraestructura, para mas tarde iniciar un cobro de impuestos hacia la CFE.

En fin, solo veo ventas a una apertura energetica de esta indole, pues ademas, a diferencia del petroleo, de la electricidad no dependen los impuestos, no es de importancia nacional, y no se exporta a otro pais, salvo a Guatemala.

Saludos