Monday, March 03, 2008

Camilogate

Del artículo de hoy de José Antonio Crespo:
"La respuesta de Mouriño fue absolutamente endeble. No es legalmente relevante que la relación entre la empresa en cuestión y Pemex viniera de cuando Camilo contaba con 14 años. Lo pertinente es que, siendo funcionario en activo, apareciera también como apoderado de una empresa de su familia. Tampoco interesa a la ley si el padre del secretario consolidó su empresa “con el paso de los años y gracias al tesón” ni si está agradecido con la vida y su progenitor. Ni si decidió iniciar una carrera política para “cosechar lo más valioso que una persona puede obtener: la satisfacción del servicio al país y a los demás”. Tampoco es relevante jurídicamente el costo que esa decisión haya implicado a la familia del presunto traficante de influencias, si renunció a las acciones de 80 empresas o si dejó “muchas de las comodidades que tienen los que viven en el interior del país”. Ni lo es que ese funcionario haya renunciado, en aras del servicio público, “a un patrimonio legítimo, producto del esfuerzo personal y familiar”. La patria seguramente le reconocerá todas esas privaciones, pero eso a la ley le tiene sin cuidado. Lo único relevante legalmente es precisar si, al fungir como funcionario y apoderado de una empresa contratista de Pemex, incurrió o no en algún delito. ¿Ese es el hábil y perspicaz operador del que muchos hablaban? ¿Esta era la joven promesa de la política mexicana?"
Pues sí, esa era la joven promesa de la política mexicana (igualita que las de antes).

Mientras tanto, el hasta hace poco encargado de la Secretaría de la Función Pública, y quien se suponía debería haber investigado casos de uso indebido del ejercicio público, Don Germán Martínez, flamante Presidente Nacional del PAN, declara alegremente:
Él es una muestra de la nueva clase política que está construyendo el país, una buena muestra de profesionalismo, de decencia pública y capacidad. ¡Eso representa Juan Camilo!”, enfatizó.

1 comment:

Anonymous said...

Coincido con José Antonio Crespo, qué pésima la respuesta del supuesto "gran estratega" político del calderonismo. Mira que insultar a los chilangos diciendo que el nivel de vida en la capital no se compara con las comodidades campechanas! Eso sí que es un despropósito!