
Noten que, en promedio, el gasto por hogar en IVA aumentaría en alrededor de $218 mensuales, es decir, en poco más de 40% (al pasar de $496.6 a $714.6 mensuales). Esto implicaría un aumento en la recaudación en la misma proporción, lo cual significaría que la recaudación del IVA podría aumentar en alrededor de 1.4% del PIB, lo cual contribuiría significativamente a reducir el boquete fiscal que la Secretaría de Hacienda contempla para los siguientes años.
Por otro lado, la simulación realizada sugiere que, si bien el aumento en el gasto en IVA en términos absolutos sería mayor para los hogares de mayores ingresos (noten que el 10% de los hogares más ricos pagaría alrededor de $292 mensuales adicionales en promedio, mientras que el 10% de los hogares màs pobres pagaría ùnicamente $138 adicionales), el costo más fuerte en términos proporcionales sería para los hogares más pobres. Nótese que estos hogares tendría que dedicar poco más de 5.5 puntos porcentuales adicionales de todo su gasto para el pago de IVA (al pasar de 5.27% a 10.71%), mientras que para los hogares más ricos el efecto sería de apenas 2 puntos porcentuales adicionales (al pasar de 8.92% a 10.7%).
Es por ello que, como ya se ha dicho en reiteradas ocasiones, la generalización del IVA en México, independientemente de sus potenciales efectos recaudatorios, también tendría un importante impacto distributivo en el país. Así es que, de no plantearse medidas compensatorias adicionales, una propuesta de esta naturaleza podría en efecto generarle mayores recursos al fisco, sin embargo, esto sería a costa de un impacto negativo en la distribución del ingreso. ¿Ya habrán tomado esto en cuenta nuestras autoridades?