Como algunos de ustedes recordarán, hace ya más de 4 meses escribí sobre el Programa del Primer Empleo, al cual le auguré un rotundo fracaso desde el primer día de su entrada en vigor.
Posteriormente, escribí un segundo post sobre el tema en donde proporcionaba algunas cifras de los primeros dos meses de operación del programa y en donde señalaba el ya para entonces obvio fracaso del programa.
Pues bien, hace unos pocos días mi estimado colega de la Universidad Iberoamericana, el Dr. Eduardo Rodríguez Oreggia, dejó un comentario en este blog en donde se deslindaba de dicho programa ya que, como se puede ver en la diapositiva 14 de esta presentación, el IMSS ha estado utilizando un trabajo suyo como la justificación de las estimaciones de generación de empleo que ofrecía dicho programa (el artículo de Eduardo escrito en coautoría con Nora Garro y Jorge Meléndez lo pueden ver aquí).
Sin embargo, Eduardo Rodriguez Oreggia no sólo se ha deslindado de las promesas de dicho programa sino que ha ido más allá y, en particular, hace un par de días criticó abiertamente al programa del Primer Empleo como se observa en esta nota de Proceso del día de ayer. Sobra decir que comparto plenamente los comentarios de Eduardo sobre este tema.
Por cierto que esta no es la primera vez que Eduardo cuestiona al mencionado programa, ya que hace casi tres meses escribió un excelente artículo en el suplemento Enfoque del diario Reforma titulado "La informalidad: ¿hacia donde ir?" en donde concluía lo siguiente:
Esperemos que, en el futuro, los responsables de diseñar este tipo de programas se aseguren de leer con más cuidado los artículos que ellos creen que justifican sus decisiones, y así evitarse la pena de ser desacreditados como en esta ocasión.
PD: ¡Saludos Eduardo!
Posteriormente, escribí un segundo post sobre el tema en donde proporcionaba algunas cifras de los primeros dos meses de operación del programa y en donde señalaba el ya para entonces obvio fracaso del programa.
Pues bien, hace unos pocos días mi estimado colega de la Universidad Iberoamericana, el Dr. Eduardo Rodríguez Oreggia, dejó un comentario en este blog en donde se deslindaba de dicho programa ya que, como se puede ver en la diapositiva 14 de esta presentación, el IMSS ha estado utilizando un trabajo suyo como la justificación de las estimaciones de generación de empleo que ofrecía dicho programa (el artículo de Eduardo escrito en coautoría con Nora Garro y Jorge Meléndez lo pueden ver aquí).
Sin embargo, Eduardo Rodriguez Oreggia no sólo se ha deslindado de las promesas de dicho programa sino que ha ido más allá y, en particular, hace un par de días criticó abiertamente al programa del Primer Empleo como se observa en esta nota de Proceso del día de ayer. Sobra decir que comparto plenamente los comentarios de Eduardo sobre este tema.
Por cierto que esta no es la primera vez que Eduardo cuestiona al mencionado programa, ya que hace casi tres meses escribió un excelente artículo en el suplemento Enfoque del diario Reforma titulado "La informalidad: ¿hacia donde ir?" en donde concluía lo siguiente:
"En general, lo que se requiere por parte de los funcionarios que toman decisiones de políticas públicas es que tomen acciones basadas en estudios y análisis serios y no que se decidan por políticas que en el margen tendrían muy poco impacto, como sería el caso del Programa del Primer Empleo, que está enfocado a un sector de la población que cuenta con un mayor porcentaje de cobertura de seguridad social comparado con otros grupos de edad y que beneficiará a empresas que de por sí planeaban contratar a alguien dentro de una empresa formal."Estoy seguro de que cuando Eduardo escribió este artículo, el aún no sabía que el IMSS estaba utilizando su trabajo como justificación de los objetivos del programa del Primer Empleo. De otra manera, este párrafo parecería cuestionar la seriedad de su propio análisis, lo cual, obviamente, no era su propósito.
Esperemos que, en el futuro, los responsables de diseñar este tipo de programas se aseguren de leer con más cuidado los artículos que ellos creen que justifican sus decisiones, y así evitarse la pena de ser desacreditados como en esta ocasión.
PD: ¡Saludos Eduardo!
4 comments:
Estimado GE,
Como mencione en un post anterior con respecto a este tema, creo que la unica solucion que tenemos es realizar un Programa Piloto, evaluar ese programa, y luego decidir si vale la pena establecer el programa a nivel nacional. En el caso del PPE, lo ideal hubiera sido establecerlo primero en dos o tres estados y evaluar su verdadero impacto.
Sigo opinando que como academicos tenemos que aconsejar o presionar a las autoridades que formulan la politica economica que esta es la unica manera de conocer la efectividad del programa.
Ahora, para ponernos de acuerdo si necesitamos un programa para apoyar el empleo o no, yo te quisiera preguntar dos cosas para continuar con el debate del PPE:
(1) Necesitamos un programa directo para apoyar el emplo, es decir, necesitamos la intervencion del Estado en esta area porque existe una falla de mercado?
(2) Si nos ponemos de acuerdo en (1), cual es ese programa?
Saludos y seguimos platicando,
Ray
Ray,
Estoy de acuerdo en que se hubiera necesitado un programa piloto. De hecho, hasta donde entiendo, en la reuniòn más reciente del Grupo Huatusco una de las crìticas màs fuertes a la Reforma Fiscal de Felipe Calderón fue a la idea de crear el Consejo Nacional de Evaluaciòn de las Polìticas Pùblicas ya que, segùn algunos de los participantes, para què evaluar algo que ya se sabe que está mal y, plantearon el por qué no mejor crear un Consejo Nacional de DIseño de Políticas Públicas. Creo que eso podrìa ser una buena idea.
Por otra parte, esto que dices me recordò que ahora que estuve en China tuve la oportunidad de escuchar a David Dollar, ex-Director de un àrea de investigaciòn importante del Banco Mundial y que señalaba que una de las cosas màs impresionantes del Gobierno chino (y que explicaba su eficacia en la reducciòn de la pobreza), era precisamente el que aplicaba diferentes polìticas en diferentes regiones. La política que funcionaba mejor en una regiòn, se analizaba su viabilidad de extenderla a otras regiones y las que no funcionaban se descartaban de inmediato. Según Dollar esto explica porque el 90% de la reducción de la pobreza mundial es explicada por la reducciòn de la pobreza en China.
En cuanto a tus preguntas, mi respuesta es que no creo que necesitemos un programa de apoyo al empleo a travès de subsidios y, mucho menos, para los jòvenes educados (una minorìa privilegiada). No veo la falla de mercado en este sentido. El problema es macroeconómico y no es la la falta de creaciòn de empleo formal, sino de creación de oportunidades de empleo en general.
GE,
Gracias por la puntual respuesta. Me parece interesante la posicion de China. Valdra la pena checar lo que menciona D. Dollar.
Me interesa lo que mencionas con respecto a que el problema del empleo es macroeconomico. Esa es tu area, y mi area es la microeconomia. Mencionas que el problema es "de creación de oportunidades de empleo en general." Mi interpretacion micro de tu enunciado es que necesitamos mas competencia (mayor numero de empresas) y mayor innovacion para crear esas oportunidades de empleo. Sin embargo, si mi interpretacion es correcta, la solucion a ese problema no se vera reflejada en el corto plazo. Hay algo que se pueda hacer para aliviar el problema en el corto plazo?
Saludos
Ray
Ademas de una macroeconomia en orden y con bajos riesgos, a largo plazo se requiere construir instituciones que sean "amigables" a la inversion y la inovacion.
No hemos podido desmantelar el sistema corporativista que se construyo a partir de los anhos 30s. Y aun si pudieramos, la construccion del nuevo orden seria muy complicada y llena de problemas.
En cuanto al programa de empleo, no es necesario evaluar su desempenho porque es mas o menos obvio que no va a funcionar. Ese tipo de programas se han aplicado en Europa cientos de veces y el record de fracaso es contundente.
La idea del programa ayudo a Calderon a ganar la eleccion y posiblemente se esta viendo obligado a implementarlo. Esperemos que, quedita la mano, lo meta debajo del tapete y se olvide de el.
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