Los siguientes son fragmentos de un interesante artículo escrito en Enero de 1989 para la revista
Generación, y que fuera rescatado en su edición de ayer por el diario
El Universal. El artículo me parece sumamente interesante no sólo por la aparente vigencia y oportunidad del tema en el contexto actual en México, sino también por la natureza del autor.
En relación al entonces gobierno entrante de Carlos Salinas de Gortari el artículo dice lo siguiente:
Es un gobierno usurpador; es ilegítimo y seguirá siéndolo. En este punto no puede transformar su naturaleza. Sin embargo, sus actos sí pueden ser legítimos o ilegítimos, en la medida que cumpla o no el principio de autoridad, `que esencialmente consiste en la función de promover y gestionar todas las actividades conducentes al bien de la comunidad´.
En otra parte del documento se puede leer:
Para los mexicanos, ante la existencia de un gobierno usurpador que ha tomado posesión del poder, sólo quedan, en honesta conciencia, tres alternativas: una, la de desconocer por completo al gobernante y, obrando en consecuencia, desobedecer su mandato, desconocer su imperio y proceder desde luego a su derrocamiento por la vía de los hechos. La segunda es la de convertir al gobierno usurpador además en un gobierno tiránico, es decir, ilegítimo a su investidura, pero además ilegítimo en el ejercicio de la autoridad. La tercera, el convertir al gobierno usurpador en gobierno legítimo.
¿El autor? Ni más ni menos que Felipe Calderón Hinojosa.
He aquí el artículo completo.
¿Cuál fue la posición del PAN ante lo que ellos llamaban "el gobierno usurpador" de Salinas de Gortari? Todos la conocemos, pero de cualquier manera el artículo mismo nos da la respuesta: La tercera opción
"es la alternativa que ha elegido Acción Nacional." Es decir, "convertir al gobierno usurpador en gobierno legítimo."
Habrá quién vea en este documento, y en la posición de Calderón y el PAN frente a Salinas, un ejemplo de visión y liderazgo. También habrá quién lamente el porqué AMLO no se ha comportado de la misma forma en que lo hicieron los panistas en 1989. Sobre estos temas, quisiera hacer algunos breves comentarios:
1) No creo que sea vigente la dicotomía Gobierno Legítimo vs. Gobierno Usurpador. Hay gobiernos, como el de Felipe Calderón, que son gobiernos legales (y, por tanto, no usurpadores), pero que, a los ojos de un sector importante de la población, no son gobiernos legítimos. En ese sentido, la vision maniquea que permea al artículo de FC no es extrapolable al contexto actual.
2) No creo que pueda pedírsele al PRD o a AMLO que se comporte de la misma manera que lo hizo el PAN en 1989 por una simple y sencilla razón: en 1989 el PAN no era el partido agraviado por el resultado electoral. En ese sentido, su reacción era, hasta cierto punto, natural. En todo caso, el PRI de hoy podría ser el PAN de ayer, es decir, el tercero en discordia, el que puede tratar de negociar con el partido en el gobierno para impulsar su propia agenda. Así pues vale la pena señalar una de las paradojas del reciente proceso electoral: el PRI de hoy
parece ser más respetuoso de los procesos electorales y de las instituciones, incluyendo a la institución Presidencial (
léase con voz engolada), que el PAN de ayer.
3) Tampoco creo que se pueda esperar del PRD una posición similar ante el nuevo gobierno por otra razón fundamental: el nuevo gobierno panista, a diferencia del PRI de Salinas en su relación con el PAN, no tiene el menor interés en gobernar en forma conjunta con el PRD. Así lo ha demostrado en sus dichos y, sobre todo, en sus hechos. En ese sentido, no es posible esperar del PRD una reacción similar a la del PAN de 1989, cuando no es evidente que vaya a haber algún posible beneficio en materia de políticas públicas en el país (al menos no provenientes del Gobierno Federal) que respondan a las preocupaciones e intereses de la Coalición por el Bien de Todos. Es decir, no es claro que los actos de gobierno de la administración de Felipe Calderón sean legítimos (al menos no desde la óptica de AMLO, PRD, etc.) en el sentido descrito en el artículo.
En resumen, creo que es interesante observar que el discurso y la actitud del PAN de hace 18 años no es, en algún sentido, muy distinta a la del PRD de hoy. En otro aspecto, sin embargo, son claras las diferencias en su actitud frente al partido en el poder: en un caso, el PAN optó por legitimizar a un gobierno que consideraba usurpador, en el otro, el PRD/AMLO y la Coalición se han resisitido a la idea de legitimizar al gobierno entrante. Resta por ver si el gobierno de Felipe Calderón resiste la tentación de legitimarze a los ojos de sus opositores mediante una reacción indeseable:
"Cuando la oposición se niega al diálogo y coarta de inicio cualquier posibilidad al usurpador de realizar actos legítimos, sólo puede producir dos consecuencias: que el usurpador se convierta en tiránico y además, por paradójico que parezca, lo legitime."