La situación que enfrenta Grecia y el resto de Europa no es nada sencilla. Durante mucho tiempo Grecia incurrió en excesos fiscales y durante todo ese tiempo hubo bancos que estuvieron dispuestos a financiar dichos gastos. Ahora, Grecia está claramente sobreendeudada y tiene severos problemas económicos que se derivan, primero, de la crisis financiera mundial de 2008/09 y, segundo, de los fuertes ajustes fiscales que ese país se ha visto obligado a realizar en el 2010 y en lo que va de 2011. La situación económica, política y social es muy complicada y Grecia está al borde tanto de la moratoria (es decir, de declararse incapaz de pagar su deuda pública) como del estallido social.
Varios países europeos, algunos bancos acreedores, el FMI y el Banco Central Europeo (BCE) proponen prestarle más dinero a Grecia como solución (es decir, se trataría de un nuevo rescate financiero del país). Esto, por supuesto, podría ayudar --temporalmente, al menos-- a los bancos acreedores, pero no necesariamente resolvería los problema que enfrenta Grecia. De hecho, es muy probable que los agrandaría ya que, para otorgarles este nuevo préstamo, los promoventes de dicha propuesta le exigen a Grecia que antes su Congreso apruebe un plan de privatización de gran escala y mayores ajustes fiscales (recortes de gasto y aumentos de impuestos). Lo anterior, de llevarse a cabo, sin duda profundizaría aun más los problemas sociales y seguramente conduciría a nuevas movilizaciones públicas en contra de las acciones del gobierno y en protesta por la difícil situación económica y el elevado nivel de desempleo en todo el país (ver cuadro).
Pueden ver el post completo en donde discuto otras alternativas de solución en el sitio de AnimalPolitico.com haciendo clic aquí.
Varios países europeos, algunos bancos acreedores, el FMI y el Banco Central Europeo (BCE) proponen prestarle más dinero a Grecia como solución (es decir, se trataría de un nuevo rescate financiero del país). Esto, por supuesto, podría ayudar --temporalmente, al menos-- a los bancos acreedores, pero no necesariamente resolvería los problema que enfrenta Grecia. De hecho, es muy probable que los agrandaría ya que, para otorgarles este nuevo préstamo, los promoventes de dicha propuesta le exigen a Grecia que antes su Congreso apruebe un plan de privatización de gran escala y mayores ajustes fiscales (recortes de gasto y aumentos de impuestos). Lo anterior, de llevarse a cabo, sin duda profundizaría aun más los problemas sociales y seguramente conduciría a nuevas movilizaciones públicas en contra de las acciones del gobierno y en protesta por la difícil situación económica y el elevado nivel de desempleo en todo el país (ver cuadro).
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